martes, 30 de diciembre de 2014

Maggie May - Rod Stewart

Me apetecía escribir, y con los 70 contados en forma de corcheas, eché a caminar por algunas líneas abandonadas de mi mente.
Ese sol de invierno convirtiendo el frío verde en primavera. Esos instantes que solo se disfrutan al máximo suspirando fuerte o echando todo el aire en una carcajada, en una canción o en un baile.
Había olvidado muchas cosas.
Lo bonito de caminar sin reloj y el incesante sonido de sus agujas. Lo bonito de dejarse llevar por el viento y las ganas de inventar sueños en otros mundos.
Había olvidado lo que eran las flores moviéndose al compás de los pájaros. Los ánimos de la helada brisa, que me pone la nariz roja y me recuerda lo mucho que me gusta ponerme bufandas. Lo mucho que me gusta esta estación, igual que todas.
Había olvidado lo que era leer con las manos congeladas, pero sin ponerme guantes porque no hay caricia más suave que la de un libro.
El paisaje te envuelve y crea el decorado. Tú pones todo lo demás. Y la banda sonora sabe lo que tiene que hacer.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Terciopelo

Cuentan los grandes atardeceres que los leones tienen ojos de lucha y terciopelo.
Melena de rugido y pasos de rey.
Levantan la vista y toda su alma se refleja en la tuya, 
y ambas,
se acumulan en las pupilas que custodian el universo.
Infinita naturaleza que resurge, que palpita.


Palabras al azar

Sinuoso narcisismo el de la luna, que sabe quién es, pero no lo reconoce, y se hace la despistada con la mirada perdida en el horizonte.
Solamente se deja caer, reflejándose en el agua, acariciando la piel de las flores
y las musas.
Despacio.

Sinuoso narcisismo el de los dioses,  el de las esculturas griegas y sus concursos de inspiración.
El del viento y la brisa, que únicamente cuando hay tempestad muestran su verdadero poder.
Y los dioses se muestran en su venganza, y la luna reinando llena en el cielo.
Como los poetas en el amor.

Rebelde narcisismo el de las rosas y el mar. Altivos. Fuertes.