sábado, 15 de diciembre de 2012

Sin más, acción.

Un sábado vacío, frío, las calles desiertas, y el cielo gris. No había viento.
Sonaba Sabina.
Alguien con botas militares y alma de poeta pisaba los charcos, desvaneciéndose en sus pensamientos, sin darse cuenta de su presencia...
Ella se cruzó con músico perdido y un profesor fracasado. Un mendigo soñador le sonrió desde un portal.
Era un día para aquellos que habían amado y no les habían correspondido, para aquellos que habían caído y no habían sabido levantarse, para aquellos que estaban solos, para los que vivían en la miseria y de los que nadie se acordaba, para los poetas de barrio y las princesas de callejón.
"Los pájaros visitan al psiquiatra, las estrellas se olvidan de salir..."
Era un día de esos en los que la ciudad se vuelve tétrica, real.
Era un día para los olvidados, los tristes, los perdidos... era un día de caminar sin rumbo, un día perderse en lo más oscuro del mundo, para darse cuenta de que hay más gente de la que pensamos, que siente, que ama y que muere. Un día para ver que no somos los únicos que tenemos problemas.
Pero claro, solo es un día... 
Ella volvería a casa, se sentaría en su sofá, encendería la tele, y no vería las noticias para no amargarse... 
El mundo quedaba demasiado lejos.
No volvería a pensar en el mendigo, al que no había devuelto la sonrisa... En ese que estaba en la calle de enfrente y se moría de frío en las noches de invierno... No volvería a pensar en él hasta otro día gris y melancólico, en el que se compadecería de las desgracias ajenas. Diría esa famosa frase, "Que mal va el mundo..." y sin más, sacaría su Iphone nuevo y se quejaría una y otra vez de todo lo malo de su vida, claro, ya no quedaban aquellos tacones de su talla...
También se quejaría del mundo en el que vivimos cuando viese a una familia durmiendo en la calle, pero solo eso, una queja, sin levantarse, sin gritar. Sin hacer nada.
¿Qué más da lo que pase mientras le pase a los demás?
Una pena, sí... pero no su problema. No nuestro problema, solo el de los otros, ¿verdad?


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