lunes, 16 de mayo de 2011

Mmm...

Yacía muerto a mis pies, lleno de sangre. Y yo, con la cara manchada, sonreía.
Ya le había avisado, pero hizo oídos sordos y me atrajo hacia si. Pegó su boca a mi oreja, y mientras me abrazaba, empezó a susurrarme cosas preciosas, las más bonitas que te puedas imaginar…
Acto seguido todo quedó en silencio. Yo le dije que parara, pero el se rió y empezó a recorrer mi cuello con sus labios, despacio. Cerré los ojos, y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Intenté apartarme de el, pero me agarró todavía con más fuerza, me cogió la cara con las dos manos, me miró a los ojos, y me besó en los labios. Primero dulce, despacio, pero luego, con más intensidad. Hasta que casi me quedo sin aire. En ese momento se lo advertí. Se lo dije. No me hizo caso. Y… ahora ya no hay remedio.
-Lo siento, pero, ya te lo advertí. Te avisé de que como siguieras así, te comería a besos- le dije mientras miraba su cadáver, y una sonrisa siniestra recorría mi rostro.

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