viernes, 24 de febrero de 2012

Eternamente efíemeros

Cuenta aquella vieja historia, que eso era amor. Amor en estado puro, amor de verdad. Sincero, dulce, y de los que duelen. Porque si algo duele, importa. Es extraño... A quién odiamos, quién nos odia, jamás podrá hacernos tanto daño como alguien a quién amamos. Aquel cuento contaba una historia normal y corriente, como la de cualquiera de nosotros, sin embargo, diferente y única. Como todas. Ninguna historia es igual, ni siquiera, la misma. Todo depende de quién la cuente, de a quién y de como la quieran entender.
Cada historia es distinta, libre, cambiante y solo los protagonistas saben la verdad.  Los reales y los imaginarios. Aunque lo imaginario es real. Y lo real es imaginario. Pero, como se suele decir... esa es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión.
Todo esto es como la música... Nadie sabe la intención del compositor al poner una síncopa , nadie sabe lo que sentía con cada nota y cada silencio. Solo sabemos lo que sentimos nosotros al tocar o escuchar esa canción. Y quizás podamos intuir lo que quiere decir el que la toca...
¿Me estoy desviando, verdad? Bueno... Es que esta es mi historia, y yo la cuento así. Pero también, a la vez, es la de todos y cada uno de vosotros. Es cambiante como el silencio, y solo cada uno sabe su propia verdad.
Esta historia trata de ... llamémosles Ella y Él. ¿Él y Él? ¿Ella y Ella? ¿Tú y Yo? Qué más da...
El caso es que se conocieron,conectaron, rieron, se amaron en silencio, a gritos, discutieron, se fueron, lloraron, se echaron de menos a cada segundo, volvieron, fueron felices... y así, hasta el final. No es una historia perfecta, o quizás, sí. Porque la vida no es un gran cuento de hadas, o quizás, sí...
Con caballeros, príncipes, ogros, villanos, héroes y antihéroes. Bufones, payasos, actores, directores, cuervos y mariposas. De todo. Hechizos, canciones, fiestas, entierros, batallas, pérdidas, muerte... Vida. Sueños.
Pero lo cierto es que sí hay finales felices. Muchos otros no... demasiados. Pero no estoy aquí para hablar de eso. Solo para contaros esta historia de todos y de nadie, y deciros que tuvo un buen final. La mía por lo menos. Pues Él y Ella, fueron, son y serán, eternamente felices. Efímeramente eternos.
Ahora vosotros podréis contar lo que queráis sobre esta historia, sobre la vuestra, sobre la de quién sea. Y acabará bien o mal, o simplemente, igual que esta, no acabará.
Y todas serán distintas aunque hablen de lo mismo. Y todas serán iguales aunque hablen de cosas distintas. Y todas serán verdad, y todas serán mentira. ¿Acaso importa? Algún día alguien las contará, diferentes, por supuesto. Quizás estén contando lo mismo que vosotros, y ni siquiera sepan de la existencia de vuestra historia. Quizás intenten contar lo mismo y no se parezca en nada. Pero... ¿qué más da?
Escribid y contad como amasteis hasta morir, y seréis eternos.

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