domingo, 11 de marzo de 2012

Días de vivir... vuelven de nuevo.

Tan solo éramos unos niños...
El invierno se nos hacía duro y demasiado largo. Pero de pronto, un día cualquiera, llegaba la primavera, llena de sensaciones que ya habíamos olvidado. Trayendo los buenos recuerdos de tiempos pasados, y momentos todavía mejores. De repente, después de mucho esperarla, sin avisar, un día, te levantabas de la cama y sabías que había llegado...
Lo sabías porque el cielo era más azul que nunca, y el Sol, brillaba en lo más alto. Porque ya había miles de margaritas y campanillas poblando el suelo. Porque la hierba era más verde, el viento más suave y fresco, el mar más azul y los árboles cada día estaban más bonitos... Todo estaba más bonito.

Todo era más tranquilo, caluroso y alegre. De pronto, veías a los pájaros volar de un sitio a otro, libres en el cielo, sin rumbo... acompañados de las mariposas. Y los oías cantar, cantar canciones compuestas para ese prólogo de verano. De repente tenías ganas de ir a la playa, de ponerte pantalones cortos y tomar helados. De repente todo estaba bien, ya no había problemas, todo era perfecto. Solo había ganas de pasarlo bien, risas, libertad y sensaciones acompañadas de canciones, que luego escucharíamos todo el año, recordando aquellos días...
Días de enamorarse, días que quedan marcados para siempre... Días de vivir.


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