miércoles, 26 de marzo de 2014

Impulsos

Quise dejarme caer en el abismo de tus ojos oscuros mientras jugábamos a ser astronautas en mi habitación, pero en el precipicio de tus pupilas encontré unos negativos con fotos olvidadas. Y allí me perdí...
Me hice aguja entre la historia de tus recuerdos y los hilos sueltos de tu vida.
Nunca pensé que el negro fuera contigo, aún teniendo en el fondo, alma de poeta de lluvia y de músico quiebra cristales. Pero entre aquellas cajas de cartón y polvo, había demasiados olvidos.
Te convenciste a ti mismo.
Te asfixiaste a ti mismo.
Llenaste las corcheas de polvo, limpiando silencios sin límite. Presuponiendo, juzgando... Te olvidaste de creer, de respirar, incluso de amar. Y me arrinconaste. Me apretaste contra tus propios límites, e intentaste también, olvidarme... Pero sabes, viejo amigo, que siempre nos quedará el último té por tomar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario