martes, 30 de diciembre de 2014

Maggie May - Rod Stewart

Me apetecía escribir, y con los 70 contados en forma de corcheas, eché a caminar por algunas líneas abandonadas de mi mente.
Ese sol de invierno convirtiendo el frío verde en primavera. Esos instantes que solo se disfrutan al máximo suspirando fuerte o echando todo el aire en una carcajada, en una canción o en un baile.
Había olvidado muchas cosas.
Lo bonito de caminar sin reloj y el incesante sonido de sus agujas. Lo bonito de dejarse llevar por el viento y las ganas de inventar sueños en otros mundos.
Había olvidado lo que eran las flores moviéndose al compás de los pájaros. Los ánimos de la helada brisa, que me pone la nariz roja y me recuerda lo mucho que me gusta ponerme bufandas. Lo mucho que me gusta esta estación, igual que todas.
Había olvidado lo que era leer con las manos congeladas, pero sin ponerme guantes porque no hay caricia más suave que la de un libro.
El paisaje te envuelve y crea el decorado. Tú pones todo lo demás. Y la banda sonora sabe lo que tiene que hacer.

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