miércoles, 30 de marzo de 2011

Es mi vida entera.

Ven, acércate. Ayer me preguntaste por qué pasaba tantas horas delante del piano, tocando una y otra vez la misma melodía, buscando el sonido exacto. Yo me enfadé contigo, lo cierto es que estaba un poco estresada, había cierto pentagrama que, bueno… no importa, no venía a decirte eso. Quería pedirte perdón, pero ¿para ti no es imprescindible respirar? Pues esto es lo mismo. Si, es complicado, no te pido que lo entiendas a la primera, pero, escucha.
Todos nacemos sabiendo respirar, y lo hacemos casi sin darnos cuenta, porque lo hacemos todos los días, a cada hora, y a cada minuto, porque es necesario para vivir. Pues, esto es lo mismo, pero más difícil. Algunas personas, todavía no tengo muy claro si nacemos con la música dentro, o le vamos cogiendo el gusto a medida que pasan los años, pero, llega un punto, en el que las personas que la sienten de verdad ya no pueden dejarla, y aparte de tocar y tocar, todos los días durante horas.¿Recuerdas cuando tocaba también el arpa? Bueno, sea el instrumento que sea, es una necesidad, necesitas tocar y tocar por cualquier motivo, porque estás triste, porque eres feliz o porque estás enfadado… cualquier cosa, y sea lo que sea necesitas expresarlo con una canción, pero esa canción no puede estar tocada de cualquier manera, tiene que ser tal y como la sientes, tienes que tener la melodía exacta, aunque después ramas de notas salgan por todos los sitios, y para eso, necesitas tocarla bien, practicarla, necesitas que esa canción que tanto dice de ti, salga de tus dedos con la misma facilidad que tienes para respirar, necesitas que sea algo que te salga de dentro porque eso es lo que sientes. Y así se consigue, después de horas y horas, practicando, aunque solo sea un acorde, unas semicorcheas, necesitas que todo sea perfecto, para que después, puedas tocarla entera, y al oírla, sin fallos, la piel se te ponga de gallina, y las lágrimas empiecen a asomarse por tus ojos de lo bonita que es. 
La sientes. Es parte de ti. Es tu vida.
Todas las melodías que eres capaz de sentir como una pieza más de tu cuerpo, acaban siéndolo. Aunque algunas se cambien por otras, porque no tocas toda la eternidad las mismas canciones, si bien es cierto que algunas estarán ahí toda tu vida, pero las demás, se van cediendo el puesto, hasta el último de los días. Y tu vida ya está completa, porque lo único que necesitas es la música, y te acompañó siempre.
A ver, sé que es difícil de entender, sabes que también te necesito a ti, aquí a mi lado, y toda la eternidad, pero cada vez que pasó algo, siempre recurría a ella, porque sé que si tú te vas, lo pasaré mal, pero ahí estará esperándome. Sé que si todos se van, sé que si me caigo, si algo me duele nunca estaré sola, porque pondré las manos sobre las teclas o sobre las cuerdas, buscando la canción perfecta, y todo saldrá fuera, y podré seguir adelante. Lo mismo que si estoy genial, si todo me sale bien, necesito tocar.
Bien, sé que es difícil entenderlo, pero, sé que puedes. Porque tú sientes lo mismo.
Porque en el fondo, todos, seamos músicos o no, necesitamos música, canciones, en nuestras vidas, todos y cada uno de los seres humanos.
Y sé que tú sabes que sin músicos no hay música, y sin música… no hay nada.

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